Indecisa
Con tu piel en los dedos
Viéndote saltar
Como niño travieso
Al igual que tus manos huidizas
A las que le robaba noche a noche
Su intenso calor
Me lleno de remembranzas
Y deseos dormidos
Y comienza a gemir el tigre
Más fiero que nunca
Precisamente ahora
Que andamos
sin voces
Muriendo de insomnio
Anhelantes y confundidos
Atragantándonos las ganas
Mirándonos el rostro
Frío y tenso
Destilando a las apariencias
Mientras el tiempo pasa
Robándonos la luz
Hundidos en un laberinto
Tortuoso
Sin atrevernos a afirmar
Si es tan sólo miedo
O algo que ni tú ni yo
Hemos descubierto todavía