A merced del
tiempo
Voy desandando atolladeros y visiones
Entre el sisad de los avestruces humanos
Empeñados en mi armadura
De la que no queda ni un suspiro
Que haga temblar los riscos
Deshecha
Sin pan ni vino espiritual
Que levante el ánimo que merezco
Convertida en centavo
Caigo y me levanto
Enciendo la llama que se extingue
A pesar de los soplos de tu alma
A veces tengo clarividencias
Otras sospecho una lucecita deforme y
amarilla
Haciendo lo posible por levantarse en
llamarada
Y ahí llegan todos los complejos
inoculados
A dar su mitin desolado y atrevido
Llevo una serpiente en la mano
Una daga en el pecho
Un adoquín clavado
El único ojo
Se arrastra por los días
Rescata un pedacito de luz
Y todas las alegrías se componen
Me miro al espejo creyéndome odalisca
Siento que a mi vientre aún le queda
Una danza promiscua y exaltada
Lanzo los años y me veo diestra
Capaz
Ardorosa , potente
Y saco la parte más concisa
Te ofrezco dadivas y palabras
Me abrazo a tu piel
Y comienzo a sentir
Como los espinos sacan sus puntas
Como la soez sale en estampida
A destruir ese pedacito de mí
Que se arrulla a tu costado
Me das a beber un sorbo
De esa tasa negra y profunda
Donde guardas tantas verdades
prominentes
Me llenas de un acíbar escamoso
Quieres transmutarme en búho
Que acepte la cábula maldita
Y
haga añicos el disparate
Que da fuerza a mi voz
Con todo su afán orate y desmedido
Qué falta te haría
Una pasión que domine tus nervios y tu
boca
Un sentimiento intenso como el mío
Y dejes de verme intemperante
Comprendas que soy voz y serpiente
Mujer y maga
Hembra
Llena de rincones para llenar
Disfruta la ojiva que te ofrece mi amor
Desciende a la costumbre
Tercia el corazón
Deja que penetren los sueños
Créeme que en ninguno existen las aristas del engaño
