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DEDICADO A MIS PADRES

Sunday, July 09, 2006

POESIA PARA LA OSCURIDAD Y EL TIEMPO AUSENTE


Estos poemas son parte de los insomnios que padezco.

Autor: Adela Soto.

Miami- 2006



QUIEN SABE QUE CORRIENTES.

He venido a romper quién sabe qué corrientes
sin saber el por qué regreso al laberinto
Sólo sé que vengo del aire citadino
con marcas y alforjas de silencio

Perdí por muchas décadas
creí en las profecías del milagro
y hasta me creí río
donde todas las multitudes se defecan

También anduve a tientas
tratando de hallar tras las cortinas
lo azul de un tiempo tan maltrecho

Muchos me conocieron
otros ni me presienten
el resto cree que vislumbro un santoral sagrado
que no transpiro miedo
pues soy agua bendita
y hasta me aplauden

Sin embargo no soy más que una de las tantas drogadictas
con sueños condenados al destierro
y sin más opción que remendar su bola de cristal
en un catafalco abandonado
.

PROXIMA A LA MUERTE

Estoy bajo el mando de los desesperados
próxima a la muerte
y ni así se destierra la cólera
de este ir y venir de pensamientos rotos

¿ Dónde están los amigos y el pan que necesito?

¿Por qué a veces me levanto discreta
y otras invado la realidad como un relámpago?

¿En qué lugar está el consuelo a mis penurias
si sólo hay paz en los seres corruptos?

¿Cuál será el mandamiento o el verdadero credo
para una pecadora siglo veinte?

¿A quién podré acudir cuando mis neuronas
declaren la rebelión a mi cerebro?


LA MEMORIA Y EL MIEDO

La memoria y el miedo es una trampa
que con su sed me agita las neuronas

Yo que quise olvidar
y deje las uñas enterradas,
me veo nuevamente
frente al dragón de mil cabezas

¿Por qué mis manos no se agitan
y mis ojos se confunden con puñales?

¿Será porque no estoy junto al cariño,
y no tengo más piedad que un sueño trunco
y tu boca navegando en un recuerdo oscuro?

Yo la dulce muchacha que agitaba el pañuelo
la que no pemitió la rigídez de los humanos
me he convertido en caos
y ahora comparto la mesa de los duendes
a la vez que me invento mil caricias
y miro con temor el fondo de los vasos

Hay rosas impolutas al fondo de mi ira
un sorbo de candidez en la mejilla izquierda
y una vastedad traslúcida y galante
en el último chillido de un orgasmo

Pero la cruz se adhiere como hiedra espinosa
igual que fiera herida cayendo entre el suburbio
de la más tierna ruina.

¿Dónde estas profeta de mis noches
si las hojas caen sobre mi soledad y me aprisionan
y tu manto de huesos no responde?

Sé que voy a cavar mi tumba
allí donde las palmas no perdonan
allí donde el sol es menos fuerte
allí donde tu amor se quedó entre los libros.

La memoria y el miedo
dos centinelas que persiguen mis pasos
dos buitres carroñeros
clavados a mis sienes indefensas

No olfatees por favor más la distancia
no ves que soy cazador y fiera herida
también la hija enferma de un pecho que no sangra

Soy Penélope hambrienta sin agujas ni mantas
la tonta emperatriz de la miseria