A su paso vertical sobre la esfera
Al miedo condensando el deseo que brota y no permite
Después se vuelve vertiginoso
Haciéndome morir a toda hora
Yo amo a un hombre que es huésped del misterio
Una esperanza trunca
Lo amo desesperadamente
Aunque su indiferencia perturbe mis rincones
Y me cubre con su beso imaginado
No deja de chorrear prejuicios y complejos
Sin presentir las moles que se lo llevan todo
Padece de castidad cósmica
Y se oculta en su espacio de torturas
Mirando a los espectros que humedecen su caos
Y su risa fue demasiado
Y el me confinó toda la dicha
Como al pintor de Flandes
O a los abismos que aceptamos a pesar de los búhos
Sus calles diagonales
Y desde su resignación beso su rostro
Como a la cruz que me lega con su ausencia.