(En un aniversario más del derribo de la avionetas de Hermanos al Rescate.)
Transcurrían los años sin democracia en la Cuba esclavizada, y a causa de la constante represión, el acoso y la manipulación de las ideas, los cubanos sin otra posibilidad de salvación huían de la isla en diferentes medios marítimos.
Más de una vez se vieron llegar en balsas caseras confeccionadas por la alta necesidad de un medio de transporte para poder salir de las garras de la intolerancia, y el abuso.
Muchos llegaron y aun llegan deshidratados, con los labios y la piel reseca por los días expuestos al sol y al salitre. Mareados, desesperados, con la ropa raída, mojada y descalzos, pero todos en busca de la libertad usurpada por la tiranía de los Castro.
Otros con menor suerte dejaron las esperanzas en el vientre de los tiburones que no más de una vez los atacaron sin conciencia. Algunos fueron al fondo de los mares.
Muchas veces solamente quedaron flotando en el ancho mar los pedazos de las prendas de vestir, remos y añicos de tablas de alguna lancha deshecha por la fuerza de las olas y el viento, o las ráfagas de diferentes tormentas tropicales que los sorprendieron en pleno trayecto.
Eran y son muchos los desaparecidos en su afán de cruzar el mar y llegar a la libertad.
Muchos los naufragios, muchos los muertos, y todo esto fue causa suficiente para que a cuatro jóvenes residentes en Estados Unidos se les despertaran sus raíces de cubanos exiliados y decidieran ayudar a los que huían de Cuba. Por eso sin pensarlo mucho se involucraron como voluntarios en la misión de salvar vidas.
Fue un 24 de febrero de l996; el plan original era ir en tres avionetas a las Bahamas para brindarles ayuda a los balseros que se encontraban allí detenidos, pero el permiso para visitar Cuba fue denegado, porque dijeron que llegaba una delegación del gobierno cubano ese mismo día.
Entonces ante la situación inesperada decidieron realizar una misión de búsqueda y rescate de las que normalmente solían hacer.
Quien iba a imaginar que este sería el último día de Carlos, Mario, Armando y Pablo, cuatro valerosos jóvenes que murieron en el mismo instante que fueron derribadas a 21 milla de la costa cubana las avionetas que conducían y lo peor de todo un derribo ilegal.
Las grabaciones radiales entre los miembros de las Fuerza Aérea de Cuba pusieron en evidencia el ataque premeditado.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, se dijo: …“por el volumén y uso desproporcionado e indiscriminado de fuerza letal que se utilizó contra las avionetas civiles y de la forma en que las autoridades de la Torre de Control Militar de La Habana felicitaron a los pilotos del MIG-29 después de haber cumplido sus órdenes, la Comisión consideró suficientemente probado que Carlos Costa, Pablo Morales, Mario de la Peña y Armando Alejandre fueron objeto de una ejecución arbitraría o extrajudicial por parte de agentes del estado cubano.”
…Para nadie es noticia que los tribunales norteamericanos culparon al gobierno cubano de premeditación en el derribo, y un espía de la Red Avispa, Gerardo Hernández residente en Miami fue hallado culpable de asesinato debido a que proporcionó información al gobierno cubano sobre los planes del vuelo fatal.
Se conoció que otro espía Juan Pablo Roque que también vivía en Miami se escapó a Cuba dos días antes del ataque de las avionetas.
Al igual que Hernández, Roque también informó sobre este vuelo en particular. Se cree que el plan original era que Roque se presentara como sobreviviente del ataque, denunciando a Hermanos al Rescate como una organización no humanitaria, que había penetrado el espacio aéreo cubano, pero esto no se llevó a cabo porque los asesinos cubanos no lograron derribar la tercera avioneta en que viajaba José Basulto junto a Silvia Iriondo y su esposo Andrés.
Un año más se conmemora cada 24 de febrero del vil asesinato de Armando, Pablo, Carlos, y Mario, cuatro jóvenes que vivirán siempre en los recuerdos de sus familiares y todo aquel que luche por los derechos del hombre y por el final de la injusticia.
Hace trece años que dos MIG”s cubanos dispararon sobre las naves que tripulaban estos cuatro valientes hombres que aún sin dejar las aguas internacionales fueron embestidos por el odio y la sed de venganza de los que solamente saben de violaciones