Por Adela Soto Alvarez
Madre como duele esta distancia atroz
Que existe entre mi desconsuelo y tu osamenta
Que existe entre mi desconsuelo y tu osamenta
Busco tu rostro en las sombrías paredes
Y suplico la miel de tus palabras
En este momento en que nuestro hijo
Perece entre barrotes
Indefenso y cautivo
Mi dolor y su dolor son tan inmensos
Que sólo tus socorros pudieran aliviarlos
Pero nos falta tu abrigo
Y galopan cadenas
Como fieras insaciables
Golpean nuestras horas
Que sólo tus socorros pudieran aliviarlos
Pero nos falta tu abrigo
Y galopan cadenas
Como fieras insaciables
Golpean nuestras horas
Perturban nuestros sueños
Y solamente nos permiten la soga
Y solamente nos permiten la soga
Desde que te fuiste
Dejaron de existir las mariposas
Sólo errantes fantasmas y una atmósfera turbia
Acecha nuestros días
Sólo errantes fantasmas y una atmósfera turbia
Acecha nuestros días
También hay detractores que someten la luz
Y otros que se columpian entre el negro y el rojo
Madre nuestro hijo se muere
A pesar de qué no me quedan rodillas
De suplicarle al verbo
Un poco de agua fresca
Para el desbalance que invade su esqueleto
A pesar de qué no me quedan rodillas
De suplicarle al verbo
Un poco de agua fresca
Para el desbalance que invade su esqueleto
Enséñame qué hacer con las culebras
Que devoran sus piernas casi nulas
Su hígado danzando entre crueles dolencias
Su glucosa alterada
Su psiquis turbulenta
Y sus manos exhaustas tendidas hacia la nada
Que devoran sus piernas casi nulas
Su hígado danzando entre crueles dolencias
Su glucosa alterada
Su psiquis turbulenta
Y sus manos exhaustas tendidas hacia la nada
La impotencia socava la fe que me inculcaste
Me vuelve irracional
Con la esperanza convertida en espanto.
Me vuelve irracional
Con la esperanza convertida en espanto.
Y mucho más
Cuando lo veo crispado a la incertidumbre
De ese silencio salvaje que habita tras las rejas
De ese silencio salvaje que habita tras las rejas
Es un sufrimiento tan hondo el que me invade
Que siento mi intelecto chocar contra las piedras
Y hacer que mi interior
Que siento mi intelecto chocar contra las piedras
Y hacer que mi interior
Se vuelva un buitre hambriento
Que lleva entre sus fauces
Que lleva entre sus fauces
todo un volcán de odio