Por Adela Soto Alvarez
Plagada de espectros y nuevos incentivos
Que nunca se realizan
Más cascara que interior
Ante la mirada burlona del atroz enemigo
Voy mostrando la otra mitad
Esa que nadie sabe con que trabajo la construyo
Más cascara que interior
Ante la mirada burlona del atroz enemigo
Voy mostrando la otra mitad
Esa que nadie sabe con que trabajo la construyo
Sin embargo hay un interior inmenso
Más fuerte que la propia fuerza y el respiro
Me miro y no me reconozco
En medio de un destierro de infortunios
Apretada al cinturón del buen samaritano
Que no aparece en la faz de estas calles ambiguas
Y ambidiestras
Donde no sé si existo o voy muriendo diariamente
Mi cuerpo hecho girones
Mis delirios colgados a la punta de una bayoneta
Que por mucho que se dispare queda trunca
El dolor como fuente cristalina
Endureciendo la mascara inconclusa
De un sentimiento a gritos
Mientras las palabras salen como lanzas hambrientas
Y se enganchan en imaginarias siluetas
Que lo único que hacen es alterar mi subconsciente
Y hasta el consciente
Me duele la razón
Y el cautiverio que mantiene entre espadas
Mis entrañas
Me duele esta impotencia que suele atormentarme
A la hora menos inesperada
Pobre de mí y de mis huesos sulfatados
En espera de un futuro imaginario
Cuánto me fatigan las miradas polvorosas
Y las lenguas a fuerza de verdugos
Mientras un pedazo de mi erosiona y se fragmenta.