Por Adela Soto Alvarez
En medio de un sorpresa espeluznante
Desde el escondite amniótico
Y las tripas ensangrentadas
Hasta el choque directo
Con las probabilidades y las puertas cerradas
La consanguineidad impuesta
Y la rivalidad disfrazada de pureza
Es que descubro que el reino era de dos
Pero me faltó la palanca y el San judas bocabajo
Tal vez hasta encender una veladora
Para amortiguar el imperio de los búhos
Todos irreflexivos, y en son de guerra
También no tuve presente
Haber sido menos poeta
Y más plebeya para mitigar la muchedumbre
A la hora de no darme
Ni un mínimo espacio
Pero todos ajusticiaron mi osadía
Más bien un cuerpo del montón
Sin límites
Donde cualquiera podía depositar sus anacronismos
Sin alterar mi nitidez
Tan sólo porque permanecía completamente sola
Por prescripción espiritual
Y porque me daba la gana
En dos palabras me convertí en la nota discordante
De una orquesta alcaica y por decreto
Asignada ancestralmente, pero sin ojos para ver
Ni oídos para escuchar
Pero naci, creci y existí
A veces imagino que aun existo
Aunque deambule sin destino propio
Con múltiples versículos donde acentuar las íes
Mi micro mundo es alacena de ajustados veredictos
Donde se disfruta de vocablos incondicionales
Y se es fiel a la paz y a sus contornos
También existe un fluvial repleto
Para el amigo,
Y digo que fue una espeluznante sorpresa
Por qué la descubrí
Sin saber si estaba elegida para la crucifixión
Y mucho menos para dosificar la pócima
Que es imprescindible beber
Antes de penetrar el redil
Donde la lava crece enjaulando a ángeles y demonios
Lo importante es que sigo aquí
Expuesta
Y cubierta de una jerigonza metafórica,
Mientras que el desbastado bullicio que me rodea
Se va convirtiendo lentamente
En medio de un sorpresa espeluznante
Desde el escondite amniótico
Y las tripas ensangrentadas
Hasta el choque directo
Con las probabilidades y las puertas cerradas
La consanguineidad impuesta
Y la rivalidad disfrazada de pureza
Es que descubro que el reino era de dos
Pero me faltó la palanca y el San judas bocabajo
Tal vez hasta encender una veladora
Para amortiguar el imperio de los búhos
Todos irreflexivos, y en son de guerra
También no tuve presente
Haber sido menos poeta
Y más plebeya para mitigar la muchedumbre
A la hora de no darme
Ni un mínimo espacio
Para zarpar mi barca de ilusiones a granel.
Enjuiciándome de esperpento,
Enjuiciándome de esperpento,
Y otros epítetos menos nobles.
Pero todos ajusticiaron mi osadía
en medio de la plaza familiar
Donde me asignaron dialectos incomprensivos,
Donde me asignaron dialectos incomprensivos,
Y acusaciones
De oveja negra
De oveja negra
Más bien un cuerpo del montón
Sin límites
Donde cualquiera podía depositar sus anacronismos
Sin alterar mi nitidez
Tan sólo porque permanecía completamente sola
Por prescripción espiritual
Y porque me daba la gana
De no coronar a un rey
En mis dominios.
Y preferir envolverme
En mis dominios.
Y preferir envolverme
Noche y día con mis libros impublicables
En dos palabras me convertí en la nota discordante
De una orquesta alcaica y por decreto
Asignada ancestralmente, pero sin ojos para ver
Ni oídos para escuchar
Mucho menos espiritualidad para sentir
Pero naci, creci y existí
A veces imagino que aun existo
Aunque deambule sin destino propio
Con múltiples versículos donde acentuar las íes
Pero bajo el deleite de mi propio evangelio
Donde no caben nauseabundas lenguas
Ni sexo a punta de pistola
Donde no caben nauseabundas lenguas
Ni sexo a punta de pistola
Mi micro mundo es alacena de ajustados veredictos
Donde se disfruta de vocablos incondicionales
Y se es fiel a la paz y a sus contornos
También existe un fluvial repleto
Para el amigo,
Y por qué no para el enemigo
Ellos me laceran
Yo los beso
Con esa devoción que asimilé de la piedad
Ellos me laceran
Yo los beso
Con esa devoción que asimilé de la piedad
Y digo que fue una espeluznante sorpresa
Por qué la descubrí
Después de haber transitado la pandilla
De seres incoloros
Y cazadores furtivos
Imponiendo el poderío de sus balas
Y cazadores furtivos
Imponiendo el poderío de sus balas
Sin saber si estaba elegida para la crucifixión
Y mucho menos para dosificar la pócima
Que es imprescindible beber
Antes de penetrar el redil
Donde la lava crece enjaulando a ángeles y demonios
Lo importante es que sigo aquí
Expuesta
Y cubierta de una jerigonza metafórica,
Casi prodiga
Que llena mis canastas diariamente
Y me permite beber dignidad a garrafones
Que llena mis canastas diariamente
Y me permite beber dignidad a garrafones
Mientras que el desbastado bullicio que me rodea
Se va convirtiendo lentamente
En tristes piezas de museo.
Expuestas a la soledad de sus vidrieras
Expuestas a la soledad de sus vidrieras