Indudablemente
Soy huésped de la tristeza
Aferrada al eje de una tierra
Que tiembla de dolor por tantos muertos
A veces creo ver luminosidad
Rastros de sermones fuera de argumento
Gente empecinada en conquistar la vida
Otras a las sagradas bestias Con el corazón por fuera
Y la hedónica lengua Atrapada al tribunal inquisidor
Indiscutiblemente
Soy la poeta lóbrega y Polvorienta
Que mueve sus cadenas en Un sesgo solitario
Mientras el regocijo lo Disfrutan los demonios
Me siento
Terriblemente herida
Terriblemente ajada
Un harapo de cuerpo y huesos
Resonando sus piezas intimas
Ya ni recuerdo
Que el amor fue mi dialecto Preferido
Hoy vestigio de museo
Expuesto al ojo de la maldad
O al coleccionista
Yo la eterna viajera del delirio
La empedernida romántica Siglo XXV
Antigua
Posmoderna
Arcadia
Algunas veces Venus
Inundando todo espacio
Con mi pluma sagaz
Acechando el más leve Vestigio de devoción
Para después llevarlo
A mis papeles mustios
Hoy todos carcomidos
Por insectos y culebras
Yo la que amó como heroína
La que saltaba al mínimo latido
El que se lleva
Hasta la posteridad
Soy la cuerda disonante
De un rebaño social
Al que no pertenezco
Unas veces Génesis
Otras Apocalíptica
Saturada y fría
Con un eterno estatus
De inclemencia sin Posibilidades
Soy rosas y estiércol
Rapsoda y loca
Cabecilla del silencio
Eterna viajera del arca de la Perdición
Quien lleva su epopeya como escudo
Porque le robaron el derecho
A ser su propia música
Soy la mujer niña
La niña mujer
Desmoronándose
Sin una mano
Que le obsequie el evangelio Puro
Ciega
Totalmente minusválida
Ante la realidad y otros Contextos.
Soy
Y no soy
A veces inocente y payaso
Con un legado que conduce al crimen
Una mujer
Con todos los sentidos
Revelándose
Marioneta
Al borde de cinco décadas
Anudadas al cuello.