Ya ni respondo por mi nombre
Se ha vuelto reacio
Incalculable
Desteñido
Cinco letras sin porvenir
Engarzado en un titulo de maniática
Expedido por salvar los flancos
Que peligraban su estructura
Desde que lo perdí
Me embudo en una paradoja
Cada vez que me agrede el sermón de mi madre
Cuando sus cuatro ojos veían lo imposible
Ahora malvivo su transgresión
Entre la monotonía por encargo
Y la persecución de una realidad tan cierta
Que me lleva en su remolino de torpes emociones
Al más oscuro rincón de la impotencia.