PACO MORTADELLA
Por: Adela Soto Álvarez
Toda la mañana la ciudad estuvo cubierta por un cielo encapotado y de vez en cuando algún rayo que caía después de un sin número de relámpagos.
Algunos fieles creyentes se pasaron durante horas haciendo cruces con la escoba para alejar la tempestad y la mala influencia, aunque no era ajeno para nadie que el observatorio había anunciado una copiosa lluvia, pero la gente de pueblo es así, caprichosa y empecinada en las creencias de antaño.
Luisa mujer madura y acostumbrada a estar detrás de la noticia, ante el tedioso día decidió poner la radio para escuchar una de las canciones de moda y así calmar sus agitados nervios. Pero desgraciadamente al tratar de sintonizar el viejísimo equipo de más de un siglo de existencia, y que a pesar de esto insistió heroicamente con el dial, sin saber como escuchó la noticia que le puso los pelos de punta.
Había muerto Paco, más conocido en la vecindad como Paco Mortadella. Como pueden imaginarse la pobre mujer no podía salirse de su asombro ante la noticia y sin saber el por qué lo estaban anunciando por los medios oficiales, ya que el presunto difunto nunca fue nadie en la vida publica, por lo menos para estar a ese nivel informativo, pero a ella le preocupaba porque el mismo además de ser su amigo del alma se había involucrado en algunos asuntos alimenticios para resolver la hambruna del pueblo, y tal vez por eso lo habían asesinado, pensaba despavorida.
También pensó en un error de nombre o quizás a causa del ruido del receptor no escuchó con claridad lo que decían.
El caso fue que sin pensarlo dos veces salió corriendo desenfrenada hacia el solar donde vivía Paco.
Al llegar confundida y muy nerviosa penetró sin tocar en la puerta del recinto de su amigo, y no encontró ni rastros del supuesto occiso.
Aun así insistió varias veces llamándolo a todo pulmón, pero nada, solamente el eco de su propia voz que se extendía por aquellas viejas pareces como una tronamenta. Entonces fue cuando escuchó a Inocente otro amigo en común, que también lo buscaba para otro asunto.
-¿Dónde está Paco?- Preguntó Luisa colgándosele al cuello a todo grito.
- No se mujer- le respondió Inocente muy sorprendido.
-¿Cómo qué no sabes?...la radio esta anunciando su muerte.- Le contestó la mujer mucho más alterada.- Y tengo miedo lo hayan asesinado por lo de la mortadella.-
Inocente muy preocupado le repitió que nada sabia del asunto, por lo que la convidaba a averiguar sobre el mismo y salieron los dos a toda carrera del solar.
A mitad de camino se encontraron con dos vecinos los que tampoco sabían nada del suceso, y ante la nueva se unieron a ellos, hasta que de calle en calle llegaron a la funeraria más cercana donde ya por oídas había casi 30 personas indagando por la muerte de Paco.
Luisa preguntó a los conocidos por el cadáver, y uno de los presentes le comunicó que hacia pocos minutos lo habían llevado para el cementerio.
Podrán imaginarse los gritos de Luisa que sujeta al hombro de Inocente por poco le rompe la única camisa que tenia.
El resto de la concurrencia sollozaba en silencio, pero todos seguían muy preocupados por la repentina muerte de Paco, hombre fuerte, de mediana edad, y luchador incansable del sustento diario, y mucho más en esos momentos en que gozaba de fama en la vecindad y muchos le estaban sumamente agradecidos por haber sido el creador de la Mortadella Casera, invento que lo bautizó con ese apodo.
Todo el pueblo sabia que Paco había sido un hombre muy previsor por lo que ante la fuerte crisis económica que azotaba con fuerza la isla, entre ellos la alimentación de los niños, pensó en algo que pudiera resolverles el alimento y a la vez, resolver sus desastrosos fondos, por lo que después de varios días de análisis comenzó a preparar su invento culinario, que no fue otro que la mortadella, conocida en el diccionario de la lengua española como embutido grueso que se hace con carne de cerdo picada con tocino. Pero este inventor culinario al carecer de los ingredientes originales, no ceso en el empeño y ligo carne de quién sabe qué a harina de pan, todo lo revolvió y metió en una funda hecha de tela y en un dos por tres comenzó la producción al por mayor.
Paco además fue el creador de los chicharrones de coditos, el batido de canistel, con azúcar y hielo frape, el te de hierba buena, y rompesaraguey con limón, y el guarapo de tomate verde, ofertas de gran demanda, en el asuntito de calmar la hambruna
Este hombre no tenia nada que envidiarle a Newton y mucho menos a Einstein en lo que a inventiva se refiere, pero ahora estaba muerto y había que saber el por qué.
Al fin un sujeto que no quiso ser identificado se acercó a la concurrencia y se brindó para llevarlos al cementerio en su camión particular, explicándoles que lo conocía de vista, pero como humano al fin se unía al dolor por ser un habitante de su pueblucho natal. Entonces Luisa al escuchar tal confesión le pregunto si sabía las causas de la muerte, a la que el hombre nada respondió, solamente procedió a caminar hacia el furgón para que lo siguiera la concurrencia.
Al llegar al cementerio ya le estaban dando sepultura a Paco Mortadella, el más celebre de los hombres, en compañía de una multitud que jamás quien lo conociera pensó iba a asistir a su funeral.
Los había de todas clases y categorías sociales, además de una fila interminable de vehículos con chapa particular escoltando la entrada de la necrópolis, mientras otro grupo escoltaba al sepulturero que daba los últimos toques a la tumba.
Los recién llegados vieron con asombro toda aquella ceremonia inimaginada y mucho más asombrados se quedaron cuando se escuchó la fuerte voz que como un relámpago salió del tumulto y en dos brincos cayo sobre la tapa de la tumba pronunciando las primeras palabras para iniciar la despedida de duelo.
Luisa no podía dar crédito a lo que sus ojos veían. ¿Cómo era posible que aquel hombre supuestamente desconocido por los dueños del poder fuera tan agraciado a la hora de darle sepultura?
Pero no se equivocaba allí estaba el duelista vestido todo de negro y con voz elocuente comenzó la oratoria. . Glorificándolo como inigualable hombre de grandes meritos.
Su corazón se exprimía al escuchar aquellas sancedes pronunciadas por un personaje que jamás conoció y estaba segura que algo se traía, descubriendo entre líneas rastros muy certeros de culpabilidad, por lo que decidió interrumpir y subiéndose sobre la tumba grito.
-Escúchenme bien concurrentes, este tipo que nadie sabe de donde salio, me parece que es uno de los tantos culpables que viene ahora a brindarle ayuda al muerto cuando no queda remedio, ofreciéndole una despedida de duelo con el objetivo de limpiar sus culpas.-
La gente la miraba con asombro y muchos sin comprender a lo que se refería, por lo que suspirando dos veces comenzó a explicar detalle por detalle.
-Todos saben quien era Paco, y no pudo haber muerto de ahora para ahorita sin que se sepa la causa.-
Dentro de la concurrencia salio una voz que a todo pecho grito-
- Por supuesto que tienen que saber las causas. Yo sé las causas,… ¡abran paso!-
Y sin mucha espera se abrió paso por dentro de la concurrencia y subió también a la tapa de la tumba comenzando a decir a todo pecho.-
-Amigos y detractores que acompañan la última morada del fallecido, les voy a dejar bien claro el cúmulo de maromas que tuvo que hacer el occiso para poder ofertarle al pueblo su variado y bien surtido plato para al final morir con su gran sueño sin realizarse de llegar a ser un modesto y honesto empresario. Paco se llevó a la tumba su verdad, pero aquí quedé yo para decirla, porque no es justo que su muerte quede impune.-
-Paco nuestro Paco Mortadella desde que comenzó con su timbiriche de barrio vivió acechado por la policía, los inspectores y todo aquel que enviaban a verificar su higiene. Paco fue victima de multas inspecciones, llamados de atención y hasta amenazas.-
La valiente voz al terminar de escuchar estas palabra rompió a llorar desenfrenadamente, pero hizo acopio de calma y continuo preguntándole al publico si querían saber el por qué de su muerte.
Nadie dijo ni una sola palabra, pero esperaban que la verdad surcara el camposanto, y así fue como salió al aire sin preámbulos.
-Señores y señoras, niños, ancianos, y hasta los perros, porque ellos también cogieron su tajada a la hora del hambre. Nuestro Paco, el celebre Paco, más conocido por Paco Mortadella tuvo una muerte lenta, y así lo afirma la presencia de tantos imprudentes.-
Los presentes se miraron sin comprender, y entre murmullos y conjeturas, salio la voz de Inocente preguntando descompasado.
-Por favor habla de una vez… ¿qué fue lo que mató a mi amigo?.
Pues les diré, no se desesperen, su muerte se produjo por la asfixia provocada por las manos del trío de acérrimos e implacables señores llamados Impuestos, Multas y Persecución, entre otros de la misma calaña que sin escrúpulos le sujetaron la pata.
Por lo que pido que no den tregua a estos despiadados asesinos, y que no quede impune la muerte de este honorable precursor de grandes sabios y quien a pesar de todas las calamidades de la crisis fue capaz de resolver un problema tan difícil y grave como lo es la alimentación de más de once mil personas.
También pido y en esto los voy a apoyar con todos mis esfuerzos que erijan un monumento a la entrada del solar donde vivía el insigne Paco, con la figura de una mortadella casera gigante para que todas las generaciones la conozcan.-
En un dos por tres comenzaron a salir de todas partes hombres uniformados, manipulados y prejuiciados de moda y bajaron a la mujer de encima de la tumba metiéndola con la rapidez de un rayo en un carro patrullero que por supuesto se encontraba emboscado detrás de unos arbustos del camposanto.
Dicen que por difamación, escándalo público, y noticias falsas, entre otras acusaciones, la condenaron a 5 años de privación de libertad, y si continua con el cuento de las causas de la muerte de Paco, puede terminar como él bajo una fosa común.