POR: LIC ADELA SOTO ALVAREZ.Cuando hablamos de libertad de prensa, seguramente que muchos no han analizado el significado de esta palabra en la Cuba de hoy, en esta isla dominada y hostigada por un gobierno infalible en su mandato hitleriano, y que todo lo resuelve con el garrote, y el cepo y no permite la locución más hermosa del lenguaje que es la expresión franca y abierta.
Esta palabra aunque es un término muy usado por el mundo en general y responde a una realidad palpable, donde se aprecia rápidamente que libertad es, autonomía y dependencia, con total impunidad y acceso a la realidad de cualquier país, increíblemente en la isla caribeña carece de valor, y significado, y lo peor de esto, es lo difícil que es hacer prensa libre en un país totalitario, monárquico y despótico teniendo en cuenta los calificativos que muy bien le vienen al sayo, instruidos por el gran filosofo Montesquiu
Y hablo de esto porque hace algún tiempo leí un artículo del colega Raúl Rivero donde afirmaba categóricamente que “el periodismo en Cuba había muerto”, y donde expresó que la supresión de la libertad de prensa fue una masacre pública, un crimen que se cometió lenta, gradualmente con reportes y descripciones en los mismos medios que se estaban pasando a degüello”.
Y me sentí muy frustrada porque fui parte de ese periodismo que luchó y lucha por la total libertad, pero desgraciadamente hoy la vemos en una posición inexplicable, por lo que asumo sus palabras dándole toda la razón que se merece.
En Cuba no solamente la libertad de prensa esta bajo el peor de los encierros, sino que todas las libertades han sido usurpadas, y por mucho que se luche por disponer de un espacio libre, las garras destructoras de los Castro y sus compinches ponen la zancadilla para derribar cualquier tipo de iniciativa libre.
Esto me hace recordar los sueños de una prensa alternativa en los inicios de la prensa independiente, cuando Raúl y un buen número de escritores y gente de pueblo, pensamos que iba a ser la solución del país, teniendo en cuenta el termino de Libertad de Prensa, libre, la que debe gozar de impunidad y que le permita el acceso a todas las escenas de importancia, porque una sociedad sin expresión no es sociedad, y la prensa necesitad de alas, al igual que de profesionalismo.
Nunca se me olvidara que comenzamos convencidos de que era la puerta a tantos tabúes noticiosos, y que todo iba a ir cambiando a su tiempo.
Pero el tiempo ha pasado irremediablemente y a pesar de la libertad que nos confiere el valor, y la dignidad y que muchos nos hemos aferrado a ello y hemos pasado por encima de encarcelamientos, represiones, hostigamiento, y golpizas callejeras, sin contar la dura solución en algunos casos extremos de la huida al exilio, vemos con gran tristeza que la prensa independiente sigue maltratada, reprimida, donde no existe ni un sólo vestigio de libertad de palabra, ni de movimiento.
Muchos son los acosados y reprimidos, muchos los frustrados ante un sistema que reaparece con su soez en representaciones inesperadas con el objetivo de aparentar una libertad que no existe a pesar de sus bamboleos de apertura, y de diálogo ante cualquier país que quiera conocer de sus interioridades, cuando todos sabemos que detrás se oculta la mano cautelosa y macabra de un asesino encapuchado.
Muchas son las denuncias que a diario salen a la luz a través de los medios independientes del exilio y de Europa. Muchos los abusos que se siguen cometiendo en las mazmorras que sirven de presidio a tantos hombres inocentes, muchas las muertes, la que se confunde entre el hambre la miseria, el abuso y la calamidad humana.
Hoy después de las palabras del presidente estadounidense todo parece que va a cambiar , y la gente se afana, y trata de olvidar y hasta olvida, y se hacen proyectos de mejoras sociales, sin embargo las heridas del alma siguen latiendo en cada reprimido, en esos que no pueden olvidar ni vivos ni muertos.
