(Del poemario "Bajo un reloj de Arena")
Quién me iba a decir
Que estaría predestinada
A tantos miedos
Sin amigos
Ni lecho
Ni casa
Ni bullicios
Si siquiera con el té de los domingos
Ni las tertulias armoniosas
Ni los recitales a puro pecho
Donde muchos se enjugaban una lágrima
Quién me iba a decir
Que viviría sin mi guitarra de nostalgias
Sin mis calles polvorientas
Metida en un cajón de sobresaltos
Y con el eterno afán de quitarme de un sorbo
Esta angustia que quema
Esta angustia que quema
Quién me iba a decir que sin tí
Todo era grave
Turbulento
Vacío
Que por mucho que hiciera
No aparecería entre candidatos
Ni condecorados
Que mi literatura sería impublicable
Aunque fuera reflexiva
Humana
Social
Filosófica
Intimista
Coloquial
Imperativa
Siglo XX
Lanza para el enemigo
Balsamo para la pena
Hablara del amor
O de la noche
O de la noche
Quién me iba a asegurar que en esta ciudad
Usaría zapatos defectuosos
Ropa usada
Y otras donadas por los muertos
Que mi corazón sería una estopa
Ycuando tuviera sed
No encontraría el agua
Que soñaría con encapuchados
Disfrazada de monigote y niña
Llena de anhelos inconclusos
Poemas atribulados
Y enjuiciada por prejuiciados sin nombre
Quién me iba a decir que tanto fango
Iba a entrar por mis pulmones
a punto de demolerme
Que no encontraría la puerta
Ni el andén
Ni la mano
Ni siquiera el puerto
Ni la barca
Que la asfixia seria mi destino
Y la oscuridad mi mundo.
Y la oscuridad mi mundo.