Te imaginaba místico
Lleno de armonía y placidez
Por eso coloqué un aviso
Sobre tu capacidad desenfrenada
A ver si sentías el trinar de mis deseos
Te hablé en diferentes lenguas
Invente léxicos difusos y con enorme claridad
Incluso eché fuego por los ojos
A ver si así ardías en ellos
Me llené de sonajeros
Prendiéndome al talle las consignas del Edén
Pero continuabas ciego
Envolviéndome en una soledad tan errática
Qué no sé si logre disolverla algún día.