Esta soledad perpetúa
Prendida en mi exterior e interior
No deja de amontonarse
Y llenarme de grietas indefinidas
Yo la dueña absoluta
De estos sentimientos a boca de jarro
Que salen porque ya no caben
En mi pecho cautivo
Yo no quiero continuar con la coraza
Y los cuentos de hadas
Necesito abrirme por completo
Gemir desde mi ego
Ser dueña absoluta de cada sobresalto
No verlos salir tan desbocados
Rumbo al precipicio
O escoltados por los prejuicios
Y el festín de enigmas
Que repleta a los incrédulos
Cómo duele verlos desmoronarse
Potentes e intrépidos
Como si no fueran corazón puro
Mi propia sangre en bocanadas
Si supieran
Que cada noche se convierte en serpiente
Y se enrosca en mi capacidad
Reclamándome cordura
Qué cordura podré tener a estos años
Donde por ley la guadaña es la única seguridad
Y aunque mi cuerpo se agriete vertiginosamente
Tengo aun la intensidad de una gacela
Un alma para apretarme con todo mi deseo
A ese hilillo de ternura que se escapa.