Sin
advertirlo comenzamos
Cuando realmente
no quedaba tiempo
Ni un
sueño oculto en las entretelas del instinto
Lo cierto
fue
Que amaneció
de pronto
Y en
medio de aquella claridad inmensa
Comencé
a sentirme soberana de una ternura indescifrable
Nadie
me advirtió
Ni siquiera
hubo un reflejo que avisara
Pero llegaste
con tu caricia desbocada
A provocar
de un solo golpe
La coraza
terciaria que llevaba por consigna
Ahora
me siento llena
Con tan
sólo escucharte decir palabras al descuido
Miro tu
boca
Y me
imagino navegando
En el más
sublime de los embelesos
Libre y Cautiva a la vez
Con el deseo
repleto
Acallando
la lengua de los leguleyos citadinos
Con el
amor expuesto
De Norte
a Sur
De Sur
a Norte.