Todos observan la tranquilidad cristalina y desbordante
Que sale y resbala en mi contorno
Piensan que tengo el pecho henchido
Nada me sofoca
Soy incontagiable
Porque mi tiempo pasó sin aflicciones
Y ya me he retirado
A ese lugar de atmosfera propicia
Donde tan sólo nos queda esperar el final
Tontos
E incapaces
De descubrir el cúmulo de sentimientos
Hecho trizas
Los amores frustrados
Los besos inconclusos
Las bestias que resbalan incontrolables
Y salen al exterior
Cuando los recuerdos se almacenan
Como bombas de tiempo
Esa imagen de mujer que no padece
Emboscada en apariencias y disfrutes
No es más que un puñado de hojas secas
Una espectro más de los caminos
Unas veces ardiendo como pájaro
Otra dolorosamente desconsolada
Arañando las paredes hasta quebrarse
Para después al llegar la noche
Ovillarse sobre el lecho como un perro.