Llegas
como susurro a resucitar la muerte del espíritu
Tú tan
simple, y a la vez tan lleno de gozo
Para mi
sed desnuda
Vas lentamente
recorriendo los deshechos
Sin advertir
como se levantan sonámbulos y ardientes
Y se
postran ante ti,
Sin ni
siquiera imaginarlo
A veces
uno se pasa todo el tiempo en espera
Combate
aguas malas
Huracanes
de frío
Soledades
a granel
Y lo
peor de todo ese cruel desamparo
Que llevamos
por dentro
Ya
sin esperanzas
Llega una
risa trémula a desarmar cada centímetro
Y de
pronto comienzan los zorzales a trinar
El cielo
se engalana
Y una
capa de amor puro y celeste
Nos va
llenando el alma
Sin sospechar
siquiera.