Mi corazón se ha quedado sin impulsos
También mi cuerpo
Y sus lastimeros miembros
No me queda el furor de los vivos
Aferrado a levantar mí entorno
Aunque sepa que el final
Es el abismo indestructible
Que llevamos como herencia
Demasiado dolor lanzado por encargo
Demasiada inclemencia
Para mis entrañas maternas
Destrozadas
De tantas abolladuras
Me duele hasta el ADN
No tengo salvación corporal
Ni mental
Toda se la llevaron los torturadores
Tan sólo una nube cayendo
Un sol a media asta
Una luna fría y perforada
Llena de destellos e insomnios
Apolismando con su fricción
El adoquín en sal muera
Que han metido
Lentamente en mi cerebro.