Quien me iba a decir que llegaría la hora
De vivir metida en el silencio de mi misma
Lagrimeando para adentro
Blasfemada por los más queridos
Insultada al menor movimiento
Porque mis pasos son lentos
Y mis ojos perdieron lo más preciado
Delante de este mundo
Contagiado de seres inconscientes
Que piensan
Vivimos de pan y vino
Y no de la palabra
Y el cariño
Quien me iba a decir que mi piel
Fuera agrietándose
Dedicada a sembrar amor
Y recoger cuervos
Que al primer zarpazo
Te lanzan la blasfemia
O el latigazo verbal
Y después no se fijan en el hueco
Incurable
Y siguen su paso apresurado
Sin advertir la sangre que inunda
Insomnio y soledad