Con que suerte
llegué
Al penúltimo
destino
Obliga a convivir
Con el enemigo
emocional
En espera de mi
torpeza
Para darme la
estocada
Física y
espiritual
No puedo
equivocarme
Ni olvidar ningún
pendiente
No hay compasión
Para mis
atribulados años
A nadie le
importa
Que estoy
totalmente
Impedida
De cuerpo y alma
Me ha ido dejando la cordura
Abandonada por
completo
Del afecto
Lágrimas y
pergaminos
Ruedan por el
recuerdo
Y se aferran
A la partida
Mucho menos
esperar la condena
De vivir de rodillas
Suplicando