Fueron
algunas dadivas
Y mucho más
martirio
No querías
ser altruista
Porque
solamente veías
Trombas
marinas
Y costumbres
alcaicas
Alguna que
otra mancha de imperfección
Y muchas
décadas amontonadas
Para un
egoísmo atroz
Que rompía
con los cánones
Más bien
creías que siendo fiero
Alcanzarías
más rápido la gloria
Lo que sí
puedo afirmar
Es que nunca
dejaste de ser servil
Eran tu sol
O tal vez más
que eso
Nunca hubo
tregua
Y el galeón
zarpó despavorido
Ante lo
incompasivo de tu lengua
Y tus ojos de
guillotina
Salpicando
con fuego todo lo puro
Hubo muchas
horas de hechizos
Para que
negarlo
Caracolas
empeñadas
En
desdoblar los yelmos
Demasiado
taimado
Para ese afán
De feligrés que no te queda
Por eso me
regalaste toda la soledad
Que te
sobraba