A pesar de las
horas revueltas
Y el tumulto de
páramos
Insistentes
Mas tu afán
De mutilarme la
autoestima
Solo por antojo
Sin saber que
también las flores
Marchitas
mantienen su fragancia
Nació y creció
Inaccesible
Con brumas y
luces absolutas
Hubo temblores
Manos
entrelazadas
Y latidos fuera
de control
Una vez nos
devoramos
Y rodamos
exhaustos
Hasta el confín
de los misterios
Nunca vimos el
precipicio
Ni pensamos en
las brujas citadinas
Ni si tú eras de
oro
O yo de cartón
decadente
Por eso
Déjame continuar
en la nube más alta
Si aún me queda
el sol
Y el canto de
los pájaros
Interminable y
puro.