Múltiples secretos me acorazan
No falta la desolación
De las cosas más sentidas
Unos viven en un quizás
Otros desteñidos y olvidados
Solamente el corazón
Sabe de esas voces apagadas
De las apagadas miradas y guiños
Algunos viven en la memoria
Otros yacen en un olvido amaestrado
Retos y más retos
A ver quién soporta el avispero
Todos agonizantes
Con el paso inseguro
Las entrañas hacia afuera
Sin fuerzas para decir
Ni palpar
Demasiada inquietud
Sobre el asfalto
Plagado de delincuentes del camino
De delincuentes de la palestra
Toda una delincuencia organizada
La mayoría susurrando historias
Al son de oídos llenos de telarañas
Muchos ven la oscuridad
El paso aberrante
La suciedad perenne
Pero es preferible seguir sonando
La cobija
Sin despertar los rencores dormidos
Épocas barrocas
Como remedio intermitente
La boca entrecortada
La mirada en miniatura
El polvo ennegrece
Las fachadas del alma
Junto al moho verde y corredizo
Que no deja de olfatear
Ni las sacristías ni los monjes
Se salvan del liquen
Fueron espejos
Hoy son fantásticos demoledores
Clavando confesiones y delitos
En los azogues
Yo soy también un reflejo
Profundo y corcovéate
Sin fuerzas ni alacena
Pido limosnas espirituales
Recibo castigos increíbles
De nada vale me aferre al crucifijo
Los mayores ducados
Atrapan la valía
Las lágrimas ruedan marchitas
E incoloras
Humedecen a muchos moribundos
Y lo peor no es eso
Sino que todos no cabemos en el arca