Eras la sin razón
Mi sexto cause
Mi afán imperecedero
Mi sustancia y mi grito
Y me colgué de ti
Pensando en el renacer
De todos los milagros
Creyendo
Que tu cuerpo en mi cuerpo
Clamaría mis congojas
Así fuiste metiéndote
En cada sobresalto
Descendiste sereno
Resbalaste despacio
Izando las banderas
De todos mis desvelos
Y hasta me vi reír
De tanto sortilegio
De pronto un vendaval
De verdades atónitas
Soplos de humillación
Huracanes de pánico
Y todo un despertar
En medio del invierno
Yo la Dulcinea
Pensando
Rescataba a su Quijote
Caí sobre un maremoto
De inquietudes
Sobre un volcán de instintos
Todos malévolos
No supe navegar entre tanta marea
Después de aferrarme a ti como una tregua