He venido a romper quién sabe qué corriente
Sin saber el por qué regreso al laberinto
Sólo sé que vengo del aire citadino
Con marcas y alforjas de peligros
Perdí por muchas décadas
Creí en las profecías del milagro
Y hasta me creí río
Donde las multitudes se defecan
También anduve a tientas
Tratando de hallar tras la cortina
Lo azul de un tiempo tan maltrecho
Muchos me conocieron
Otros ni me presienten
El resto cree
Vislumbro un santoral sagrado
Que no transpiro miedo
Pues soy agua bendita
…y hasta me aplauden
Sin embargo no soy más
Que una de las tantas drogadictas
Que remiendan su bola de cristal
En un catafalco abandonado.