Llegó la hora
De huir de las
sabandijas
De lengua ruda
De lo contrario
La deuda será
eterna
El telón se ha
colgado
De la punta de
la lanza
Y los rostros
ceremoniales
Ahora exhiben
un rito
Con sabor a
hiel
Por eso ando
Expuesta
De todas formas
Me haría bien
Sumarme a la contienda
De los tigres
Una raya mas
No hace mella
Las hormigas se
comieron
Los aleros
Y los beatos
Colgaron la
sotana
Y el mundo los
aplaude
Todo es un
festín
Al pie del
cocotero
La arena se ha
vuelto movediza
Los cangrejos
Se anidan en sus
hoyos
Y desde allí
Lanzan su
invocación
Pobre de los zombis
silvestres
Y los títeres
sin hilo
Del que duerme
dentro del pozo
Con temor a
mojarse
De los ciempiés
encorbatados
Sin guion para el
acontecimiento
De quien se
traga libros y folletines
Para después
vomitarlos
Pobre de los hombres
con la alpargata
Por sombrero
Y el rostro de
metal
Cantores de voz
trillada
En escenarios
superiores
Pobre de mi
Nunca aprendo
Que la palestra
Oculta la luz
Y las palabras
Se hinchan en
el cerebro
Mucho menos
Que los amigos
se arrastrarán
Tan solo por
pisar
Un peldaño
mayor
Nunca pensé
Que mi voz era
hueca
Deforme
Atolondrada
Que motivara
malos augurios
En el interior
De los
idólatras
Sumergidos en
creencias paganas
A la vez que juran
lealtad
A dioses y a adivinos
Mientras se
chupan
Las finanzas
De los ancianos
desamparados
Haciendo
alardes
De centinelas
Llegó la hora
De huir de las
sabandijas
De lengua ruda
Y aferrarnos al
credo
Si aún nos
queda tiempo