La vida me parece un
circo de la peor suerte
Conejos ocultos bajo
el sombrero
Cansados de sacudir sus
patas ante la muchedumbre
Vivo rodeada de
artefactos sin estímulos
Vísceras de cuadros
viejos
Adornos de barro
pintados de cobre
Y algunos
Empatados con goma
Un sin fin de tarjetas
de crédito en banca rota
Esperando terminar los
honorarios del vampiro
Para que cese el acoso
Y logre salir del
laberinto
Estoy cansada de ser un
número
En el pequeño espacio
del tablero
Sombras y penumbras distorsionando
Mi visión casi nula
Mientras el intelecto
se bate entre el bien y el mal
Cansado de parirle
monstruos a la ignorancia
Hienas
Y líneas pitagóricas encaprichadas
En absorber la única maestría
Ya no tengo esperanzas
Ni caballos de fuerza
Tampoco alas para
elevarme a la cúspide mayor
Donde tal vez
Logre respirar como los
vivos