El cuentapropista cubano
Por: Lic Adela Soto Álvarez
Bitácora Cubana
Miami, 02 de agosto de 2005
A principios del año 95 Pedro Pérez, pensó que la crisis que había ocasionado la caída del campo socialista comenzaría a extinguirse. Incluso se hizo ilusiones de llegar a tener un negocio propio y con él la suerte que tanto buscaba.
Había surgido una nueva clase de pequeños comerciantes que como cuenta propistas se abrían de oriente a occidente y realmente parecía futuro, pero como la felicidad en casa del pobre dura poco tal gestión fue abortada y toda las esperanzas de nuestro amigo se convirtieron en el terrible caos que hoy lo embarga.
Pedro había puesto su timbiriche de buñuelos, acemitas, y refrescos en el portal de su vivienda y le iba muy bien. Incluso podía pagarle a Anacleta la fiel vecina para que le fregara los vasos mientras él se dedicaba a la clientela.
Al igual que él. habían muchos tratando de resolver el problema alimenticio de la población cubana y a la vez el problema económico de sus pelados bolsillos; pero un día el gobierno creyó que con veinte pesos diarios de una moneda devaluada alguien se hacía rico, y comenzó la guerra.
Primero con inspecciones semanales, después diarias a cualquier hora , multas de hasta tres mil pesos , además del acoso constante. -Que si los papeles de compra de la tienda de la divisa, - que si la harina está contaminada, - que si el agua del refresco sin hervir- hasta que le subieron los impuestos y el pobre Pedro no le alcanzaba lo que ganaba ni para comprar la cuota alimenticia normada del mes.
Posteriormente fueron apareciendo las competencias con el estado. Imagínense ustedes con quién, pero aún así, sin tener rentabilidad su negocito y totalmente frustrado Pedro Pérez se creyó con poderes sobrenaturales y continuó metido hasta los tuétanos dentro de las presiones del gobierno.
Tenía el pobre dos caminos, quebrar o triunfar y como era cubano y creyente comenzó a encenderle velas a la Caridad del Cobre.
Cuando más tranquilo se sentía le dieron el batacazo al mismo centro de la cabeza. Surgieron las inversiones de capital mixto y las competencias contra estos establecimientos que todo lo tenían
Pobre Pedro, sus buñuelos de yuca y boniato, sus refresquitos de mango maduro, y agua sin hervir contra el desarrollo y la divisa.
¿Qué podría hacer con su mala suerte,…se preguntó varias veces pero ni la santa patrona le podía responder.
Deprimido y frustrado se pasó muchas semanas dándole vueltas a su derrota, hasta que de pronto una luz cegadora lo sacó del aprieto.
Salió a toda prisa cuesta abajo, recogió varias tablas, un martillo, clavos y un pedazo de zinc del patio de la casa de su hermano Jacinto. Metió manos a la obra y cuando terminó puso el letrero que escribió sobre el pedazo de zinc que decía “SE CUIDAN PERROS POR DIVISA.