ENTREVISTA LOS AZOTES DEL EXILIO NOVELA

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DEDICADO A MIS PADRES

Friday, February 24, 2006

POESÍA : DIAS ANIMICOS Y ANEMICOS


(Poemas premiados en el Concurso El Heraldo 2002 y publicados en la Antología Literaria Ojos Abiertos - Miami-España y México).

(Primer premio en poesía)


A todos los que han creído en mi...

Por: Lic. Adela Soto

Quisiera ser.

Quisiera ser la hija de cualquier Saurio
un profeta
un general
o un ermitaño
Hermana de un magnate acaudalado
y perderme en su follaje
Segura estoy que el mundo se abriría
y entre alfombras del más fino linaje
me sentarían a la diestra del futuro
Pero no soy mujer de nadie
hija de unos pobres vagabundos
y hermana de un pedazo de intemperie
Solamente poseo una corbata al cuello
los pétalos de un amor tardío
y un poquito de talento entre mamparas
Quién pudiera tocar las puertas del oeste
donde sube el topacio capacitado en oro
Quién pudiera llegar al paraíso
penetrar hasta el polen
y rumiar para su estómago
los mejores bocados
Pero sigo siendo mujer de nadie
haciendo malabares sin historias importantes
ni precisas
En una ciudad sin sol
y de naranjas ácidas
En una triste aldea de cuerpos abreviados.

Mi niño

Mi niño soñó con un gran cobertizo
donde las nubes hacían malavares
y caían ufanas sobre la nueva casa
Pero mi niño no sabe que mi verdad resume
todas las perspectivas
y erosiona desafiante en su deseo
Tampoco sabe que no soy ambidiestra
y en nuestra vieja sartén sólo el polvo se fríe
Que su sueño desemboca en mi impotencia
y aunque grite fortísimo nadie respondería
Ni siquiera me atrevo a atizar su inocencia
diciéndole que mañana abrán probabilidades
ni que en mi cuenta de ahorro
sólo existen ideas
Mi niño soñó con una casa nueva
sin saber que su abuela no atesora futuro
Que no es más que una simple proscrita
barrajando papeles
una mujer de pueblo
que pasa inadvertida

Me contaba mi padre

Me contaba mi padre
que su pueblo era pequeño
pequeño , pero hermoso
Tenía una estación, un árbol y un granero
no sabía de risas
pero siempre reía
soñando con crecer,
crecer hasta tocar los astros y las nubes
y el vivía allí metido entre sus trenes
silbando la esperanza entre la luz y el tiempo
Pero el sol una tarde le dio paso a las sombras
y todos apresuraron su barca hacía los mares
Ahora su pueblo gime
y en el profundo árbol las hojas languidecen
ya no queda estación ,ni granero, ni risas
tan sólo está la ausencia emboscada en sus calles.