La realidad de las Bibliotecas Independientes cubanas
Bitácora Cubana, Lic. Adela Soto Álvarez, 1 de enero de 2006
Hace varios días que navegando en la Internet, encontré el discurso pronunciado por el profesor del Colegio de Bibliotecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, Felipe Meneses Tello, quien, dentro de una amplia disertación donde arremete de forma muy agresiva contra el Proyecto de Bibliotecas Independientes de Cuba, y sus fundadores los esposos Colás-Merxidor, hace alusión muy directa, contra el artículo publicado en diferentes sitios Web, bajo el título “ Bibliotecas Independientes Pilares de la Democracia.”
Esta referencia no la hace precísamente como detractor literario, sino desmintiendo mis palabras ante el mundo, por lo que consideré justo explicar algunas cuestiones, que estoy segura son desconocidas por este distinguido hombre de las letras, y que no mencionó en su extenso discurso, porque solamente se dio a la tarea de minimizar tan importante iniciativa democrática.
Para nadie es noticia que el 3 de marzo de 1998 se fundó el Proyecto de Bibliotecas Independientes de Cuba en la región oriental de la provincia de Las Tunas, por el matrimonio Ramón Humberto Colás y Berta Merxidor, actualmente en el exilio.
La idea no surge como se expresa con ánimo de lucro, y mucho menos para vincularse al gobierno de los Estados Unidos. Al contrario, germina a partir de las propias palabras del mandatario cubano, al expresar abiertamente ante la prensa nacional e internacional, “en Cuba no existen libros prohibidos, sino el dinero para comprarlos”.
Lógicamente quienes escuchamos estas afirmaciones y conocíamos que no eran ciertas, nos preocupamos por su magnitud; por eso es que estos tuneros amantes de la libertad, se pusieron a pensar, cómo demostrarle al mundo la verdad, porque al igual que todos los cubanos habían vivido la censura y sabían que desde l959 el proceso de Castro fue eliminando de sus estantes públicos, todas las bibliografías de autores, que para el sistema eran traidores a la revolución, o simplemente el contenido de sus trabajos literarios no respondían a los intereses del Estado cubano.
Prueba de ello lo fue la desaparición de centenares de libros y revistas que hasta esa fecha existían y estaban al acceso de cualquier lector, así como el cese de las publicaciones de cubanos residentes en el exilio y otros que disentían del régimen.
¿Qué logró nuestro proyecto de Bibliotecas Independientes (BI)? Estoy segura que esta pregunta no se la hacen sus detractores, por eso es necesario explicar la realidad.
Después de las palabras del señor Castro, este matrimonio se dio a la tarea de exponer una colección de libros personales que hasta entonces se encontraban escondidos por temor a la persecución, para que de esa forma fueran leídos por amigos y vecinos.
Al mismo tiempo fueron hablando con personas con influencia en sus comunidades y que además poseían pequeños estantes, con el objetivo de que se sumaran a esta idea tan humana y noble.
Así las distintas comunidades de las diferentes provincias del país, tuvieron la oportunidad de acceder a una lectura sin censura, donde solamente el lector determina qué desea leer, sin que nadie se la imponga.
Se comenzó con 25 Bibliotecas Independientes en casas familiares, y con un mínimo de libros, así lentamente y con interés fueron apareciendo títulos donados por amigos, y personas que guardaban un buen número de títulos en sus hogares, y sin ánimo de incinerarlos los brindaron a los bibliotecarios para que los pusieran al acceso de los interesados.
De esta forma los cubanos comenzaron a discernir sobre sus intereses informativos, y lo más importante, aún buscan para leer bibliografías que los ayuden a salir de la incultura.
Y esto lo pueden hacer gracias a la verdad irrevocable de este Proyecto de Bibliotecas Independientes, donde se encuentran libros que por más de 40 años no han sido publicados por editoriales cubanas y que son de sumo interés para cualquier ciudadano.
Para citar algunos de ellos y de mayor demanda entre los asiduos lectores, puedo referirme a los poemarios de José Ángel Buesa, Heberto Padilla, Gastón Baquero, o por ejemplo los siguientes títulos: Dulces Guerreros cubanos, de Norberto Fuentes; Proa a la Libertad, de Rafael del Pino; Cómo llegó la noche, de Hubert Matos; Rebelión en la granja, de George Orwel, o los denominados “ prohibidos” de los intelectuales cubanos disidentes exiliados en diferentes países, y de aquellos que estuvieron muy cercanos a la cúpula del poder y que revelan características personales que el pueblo no conoce, de los legendarios líderes de la revolución.
Lo que indica que aunque el gobierno o sus seguidores se empeñen en desacreditar a la llamada por ellos, “literatura contrarrevolucionaria”, la gente pregunta y busca con sumo interés en las Bibliotecas Independientes esas obras que dicen tanto, por estar la mayoría ávidos de conocimiento.
Otra de las cosas que el señor catedrático dice en su discurso es que nuestro proyecto surge con el ánimo de poner en evidencias el buen trabajo de la red de Bibliotecas Públicas, que suman 400 en toda la isla, entre las escolares y la bien organizada Biblioteca Nacional.
Esto no es cierto, no ha sido en ningún momento nuestro objetivo. Lo único que hemos dicho y seguiremos diciendo es lo antes expuesto, y que no es una mentira, al contrario, es parte de la realidad cubana, y no es otra cosa de que en Cuba existe censura y acorralamiento literario.
Es muy cierto que estos centros públicos estatales, no poseen por orden gubernamental los libros antes mencionados, y nadie puede negar que la lista es sumamente extensa de los que a partir del l959 fueron a parar a la hoguera de la santa inquisición literaria.
Otros los dieron de baja colocándolos en estantes en desuso bajo el título de libros descontinuados, que es lo mismo que prohibidos, porque los sacaron de circulación y no porque sus contenidos fueran arcaicos, sino porque tocaban de una forma u otra la ideología socialista, y todo esto ha sido dirigido por la mano del totalitarismo.
Pruebas de estos hechos existen suficientes, y así se han expresado en diferentes artículos, crónicas y noticias de la prensa independiente o alternativa, que lucha en la isla por la libre expresión de las ideas; y que a pesar de la censura y el cautiverio a que han sido sometidos muchos de sus defensores, la realidad demuestra que día a día se da un paso más por la democracia intelectual y noticiosa.
Lo cierto es que el proyecto de BI de Cuba comenzó a difundirse por la isla como una iniciativa creadora. Muchos son sus directores, y muchos son sus visitantes, así se cumple diariamente las palabras de nuestro apóstol cuando dijo: saber leer es saber andar…
Otra de las grandes verdades es que después de este paso democrático y nétamente cultural poco a poco se continúan organizándose pequeños espacios destinados a instalar una nueva Biblioteca Independiente para el acceso de toda la comunidad.
Su único objetivo es y será que el pueblo lea sin reprensión y rescatar así la verdadera cultura de la nación, afectada por la desinformación y la ignorancia en que los ha sumido un estado que ha sido capaz de centrar el desarrollo de la sociedad sin tener en cuenta la diversidad y el respeto.
El señor Meneses Tello, también acusa al Proyecto de Bibliotecas Independientes de una estrategia del gobierno de los Estados Unidos para enfrentar al gobierno de La Habana.
Quisiera que este señor nos permitiera aclararle todas las cuestiones sobre el mismo, porque estoy segura que desconoce muchas cosas, y solamente se ha dejado llevar por la óptica existente en Cuba, de que todo lo que es independiente va contra el gobierno, sin darse cuenta que esta palabra solamente encierra, algo que abre las alas y vuela con libertad y no para hacerle daño a nadie.
Pero desgraciadamente estas cosas no se analizan como realmente son, y sólo le ven las manchas al sol y no lo que ilumina, por eso cada día que pasa el grado de censura aumenta y se violan más los derechos del hombre.
Para dar fe de todas estas cosas puede remitirse a los cientos de titulares que existen en las diferentes páginas de la Web, donde se recopilan datos muy fidedignos de los acosos, agresiones, hostigamiento, detenciones, decomisos de la aduana y la policía política, y las múltiples condenas que sufren aquellos hombres y mujeres que se dedican a la hermosa labor de facilitar la lectura sin censura.
Entre ellos los hechos del 18 de marzo del 2003 cuando se desplegó la más intensa de las olas represivas en Cuba de la última década, y fueron a la cárcel 75 opositores, bibliotecarios y periodistas independientes, sin contar los encarcelados antes y después de esta fecha por similares causas.
Todas estas cosas han sucedido y suceden diariamente, aunque en apariencias las autoridades de la cultura cubana muestren cierta apertura, publicando los cuentos de Virgilio Piñera, o Paradiso de Lezama Lima y los ensayos de Jorge Mañach, sabemos que aún se está muy lejos de alcanzar la tolerancia en la literatura, pues la distribución por parte de las editoriales es muy limitada.
Yo no sé si este señor sabe, que según relatan fuentes que laboran en la Biblioteca Nacional, allí aparecen empolvadas las obras de Zoé Valdés, Reinaldo Arenas y otros porque no se ofrecen como préstamo al público.
Sin embargo de lo que sí estará bien informado este señor es de las donaciones que diferentes países desarrollados ofrecen a este proyecto, para que el pueblo que lo desee se instruya sobre temas que para ellos han sido tabúes durante años.
Quizás no sepa que la información en la isla permanece bajo censura como todo aquello que le permita al pueblo conocer y establecer parámetros de comparación, para poder decidir por sí mismo el camino a seguir.
¿Sabrá el señor Meneses lo insuficientes que son los medios de información en Cuba, me refiero a los únicos que tiene acceso el pueblo?
¿Sabrá del desconocimiento general sobre la Internet, porque no se les permite el acceso a la misma, y los que lo logran son monitoreados por los servidores de la red?
Estoy segura que desconoce que la mayoría no posee un radio de onda corta porque cuesta entre 60 y 90 dólares y el que lo tiene, si escucha emisoras internacionales puede verse envuelto en un delito ideológico y político o enfrentar el decomiso del objeto.
¿Conocerá que en Cuba no circulan para el pueblo ni periódicos ni revistas de otros países, y las noticias internacionales son limitadas y eliminadas de los medios de prensa cubanos por el Departamento de Orientación Revolucionaria conocido por el DOR, y los medios nacionales escritos son panfletos políticos y una cadena de noticias que bajo diferentes titulares aparecen en todos los periódicos que circulan en la isla?
¿Le habrán comentado a este profesor universitario que los cubanos solamente tienen acceso a emisoras, y canales de TV nacionales, destinados a promover las victorias de la revolución, su política y aquellos hechos que solamente sirvan de comparación para fomentar ideas totalitarias o el odio hacia terceros?
¿Entonces dónde está el conocimiento del hombre, su desarrollo, su diversidad?, si encuentra la respuesta por favor dígamela.