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Tuesday, February 21, 2006

LOS EXCLUIDOS DE LA HISTORIA

Los excluidos de la historia

Por: Lic Adela Soto
Miami, agosto 2005

En Cuba, por querer el régimen imperante mantener a ultranza una supuesta uniformidad ideológica, creciente e intocable comete el error de copiar modelos educacionales ajenos a nuestra realidad, así como limitar la creatividad de maestros y profesores que en su desempeño diario hacen todo lo posible por querer llevar a los educandos lo mejor de sus conocimientos.
Muchos errores se cometieron y se cometen ignorando hechos y personalidades que fueron fuentes motrices en las páginas de la Historia de Cuba, simplemente por querer mantener una apariencia sólida sobre los manidos análisis históricos, que según el estado, son más concretos de los sucesos y sus protagonistas y valorados por el marxismo como parámetros actuales, y así llevar a la total abstracción hechos decisivos y hombres que por su valentía y tenacidad deben ser también ejemplo para las nuevas generaciones y ocupar como les corresponde su tiempo y su espacio dentro de la enseñanza.
Estos métodos totalitarios que son llevados a cabo y diseminados por todo el sistema educacional cubano, han llevado a profesores de más de 40 años dentro de la especialidad histórica a un escepticismo generalizado que los invalida de sus conocimientos teóricos.
Por estas razones muchos han preferido la deserción y a otros los han expulsados de sus funciones por no querer distorsionar la verdadera historia de Cuba.
Una gran parte de la sociedad se pregunta: - ¿Es éste el modo de asumir nuestra realidad histórica?-. ¿Por qué la discriminación a hechos y personalidades, por qué tanta intolerancia, por qué no preservar la realidad objetiva de nuestros antepasados sin cuestionamientos?.
La respuesta a tantas interrogantes se queda en la misma concepción creada por el gobierno, de que solamente los hechos del cincuenta y nueve son ejemplos para la formación ideológica, y aquellos que por su tendencia comunista se idealizaron y limpiaron de impurezas de acuerdo a los intereses, aunque los alejen de la realidad histórica en que les tocó vivir a sus protagonistas.
Una prueba muy fehaciente la tenemos en Francisco de Arango y Parreño , que se califica como uno de los principales exponentes de la alta burguesía criolla y no se tienen en cuenta su progresista pensamiento a la hora de separar lo español de lo cubano.
A este señor no se le limpiaron las contaminaciones que padeció, lógicamente por su procedencia social y el contexto histórico en que le tocó vivir.
Y que decir de José Antonio Saco, relegado a unas pocas páginas en los libros de historia y en algunos minutos en la dosificación de cualquiera de los programas de estudio.
¿Cuál sería su falta ante los ojos del gobierno cubano?. Quizás sus planteamientos en l837 relacionado con la posible anexión de Cuba a los Estados Unidos y que él mismo se encargó de aclarar años después.
Por supuesto que tal planteamiento puede sacar a cualquiera de la historia totalitaria que imponen sus gobernantes, porque realmente si de historia se trata, el llenó toda su época con su protagonismo, y su concepto de nacionalidad cubana, que aunque limitado por la época que le tocó vivir fue posiblemente el primer autor que lo intentó.
Por otra parte tenemos al obispo Díaz de Espada ,que ninguna de las nuevas generaciones lo conoce , y los que lo han oído mencionar, lo ven tan sólo como un nombre más.
Sus treinta años frene al obispado de la Habana , vinculado más a Cuba que a España, le permitieron formar a un grupo de jóvenes empeñados en cambiar el universo científico, ideológico, y artístico junto a Félix Varela.
Sobre este obispo nada se dice, porque para nadie es noticia las tensas relaciones que existieron y aunque más veladas existen entre el Estado Cubano y la iglesia Católica, además del clímax que inevitablemente se respira de intolerancia religiosa a pesar de las vaselinas y los compromisos con el Vaticano.
El único personaje que se toma como bandera ante cualquier ejemplo es a José Martí, que indudablemente fue un intachable hombre, lleno de valor y patriotismo y gran luchador por la libertad de Cuba ¿pero qué tiene que ver su pensamiento y su obra con el unipartidismo actual, las escuelas al campo, el sistema eleccionario o la prensa en el contexto cubano?
Son muchos los ejemplos que se podrían sumar a la lista de ignorados dentro de la Historia de Cuba y de estigmatizados por el régimen de acuerdo a sus conveniencias políticas e ideológicas, pero de lo que sí estoy segura es, que la intolerancia entre otras causas, ha llevado a la historiografía cubana a un gran caos dentro del conocimiento anterior y actual de los sucesos más relevantes dentro de la Historia Patria.
Pero no solamente la Historia, sus personajes y hechos han sufrido las consecuencias de la intolerancia, también muchos intelectuales y artistas de renombre y prestigio han sido excluidos, borrados y vituperados por problemas ideológicos y sus obras permanecen expuestas a las polillas.
¿Cómo es posible que los profesores cubanos graduados en estos cuarenta años no conozcan a Lino Novás, uno de los mejores narradores de esta generación?
Este hombre tuvo que morir para que su obra fuera publicada, y como él tenemos a Heberto Padilla, Eugenio Florit, Gastón Baquero, Severo Sarduy y otros más que sería interminable la lista. ¿Y cuál fue su pecado capital?.¿Haber querido ir a vivir al extranjero ¿ ¿Tener una ideología inmanipulable?
¿Por qué hubo que esperar por la muerte de Virgilio Piñera y José Lezama Lima para situarlos en el lugar que les corresponde?
¿Qué sucedió con la obra de Flor y Juan Manuel Loinaz del Castillo. Poetas cubanos fallecidos en las últimas décadas que permanecen en el anonimato, aún siendo solicitada por su hermana Dulce María que le publicaran a cambio de la entrega de su biblioteca personal y todas sus pinturas, trofeos, estatuas y muebles de maderas preciosas a la nomenclatura gobernante en la provincia más occidental de Cuba , Pinar del Río.
¿Cuándo fue que salió a la luz pública la obra literaria de esta mujer hija del Generalísimo, la cual no pudo disfrutar por su avanzada edad y mucho menos de los premios otorgados?
¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para poder conocer en toda su plenitud nuestra verdadera historia?
¿Encontrarán los historiadores cubanos el hábitat indispensable para llevar a cabo esta necesaria tarea, o tendremos que continuar sometidos al subdesarrollo del conocimiento y la comunicación como consecuencia de vivir en un país donde el miedo es una mole grande y solamente tienen derecho los que no vean más allá de sus narices?