Ha llegado la hora
Y nadie lo comprende
El mar ansioso
Lanzando su embestida
Los hombres como cerdos
Hocicando y bebiendo
Tú y yo envueltos
En una nube helada
Quién se iba a imaginar
Tanto salitre y polvo
El terror disfrazado
De rendida gaviota
Los arlequines turbios
Los caballos sedientos
El trapecista colgando
De la nada
Ni siquiera el bullicio
Que forma el disparate
Cuando la noche llega
Y se ha perdido el día
Estamos a merced de un
sortilegio
Iracundo y forzudo
Habrá cábulas esperando
su ascenso
Mientras la oscuridad
Arremeta sin pausa
Forasteros y duendes
En la misma porfía
El loco habrá embriagado
Toda su adolescencia
El pueblo como zombi
Metido entre velas y
altares
Postrado de rodillas
Y a la vez inhalando la
pólvora
Qué será de mis calles
De los niños azules
Amarillos y negros
De la mujer barbuda
De los leones mustios
En espera del látigo
Todos encapuchados
Con las narices rojas
Y los pelos henchidos
En este circo humano
Que me asalta de golpe.