Eterno susurro
Encabritando los deseos
Avalancha de
imposiciones erráticas
Conforman los días y los
meses
En este cuartón
De liebres e impetuosos
Si el bullicio callejero
supiera
Del afán perpetrado
De la cantidad de roces
Convertidos en sal
De los intersticios
expuestos
Entre lágrimas y
humillación
La cantidad de horas
nocturnas
Tratando de convencer al
enemigo
Evitando el declive de
la autoestima
Mancillada
Oscura
Descargada al quinto
infierno
El diapasón de
nauseas
Saltando la prominencia
Que todos llevamos en la
parte
Más endeble.
Nadie fuera capaz
De detener el sol
Y mucho menos
Promover la impotencia
A sí vamos enfrentando
el desaliño
Sin una caricia
conciliatoria
Y a la hora cero
No existe aullido, ni
lamento
Ni siquiera perdón
Directo a la guillotina
Por andar de lucida
Presumiendo brazas
Como alcayata liberal
Entonces resucitas
Y no concibes los por
qué
Y los por cuánto
Ni el abismo
Ni la causa
Nunca hubo ojos más
vacíos
Ni labios más resecos
Todos soltando vocablos
endemoniados
Con el único afán
De herir
Por herir
Desmembrar por
desmembrar
Las luces comienzan a
encandilase
Una llovizna pertinaz
Abre los tímpanos
Y la realidad sale en
estampida
No eras de carne y hueso
Ni hecho a semejanza
Solamente un sobrio
mancebo
En la piel de un reptil
extinguido