Quién le dijo a la noche
Que mis décadas desistieron
Del efluvio,
Nadie se detiene a ver
Mis piernas intranquilas
Ni el deseo pululando
Tan coloro y tipio
Como nadie lo imagina
Tampoco se detienen a
observar
Como voy agotando la
paciencia
Cerrada en mis propias
ideas
Escoltada por un cuerpo
Mustio
Que no siente ni deja
sentir
El aluvión de ternura
perpetrada
Que día a día
Le suplica auxilio desde
el fondo.