El cerebro lleno de pirámides
Con mil caballos a galope
Condenada a una pena inmensa
Voy cruzando este camino
Que no elegí
Me eligió
Ante tantas decoraciones
Y títulos
De estúpida resonancia
Emitidos
Por la poca tregua
A los desenlaces
Con mil caballos a galope
Condenada a una pena inmensa
Voy cruzando este camino
Que no elegí
Me eligió
Ante tantas decoraciones
Y títulos
De estúpida resonancia
Emitidos
Por la poca tregua
A los desenlaces
A veces la noche me sorprende
De un estiércol en otro
Que aunque los separo
Del meollo mayor
Dejan ese ritus amargo
Y lento
Cuánto diera por abrir las compuertas
Del alivio
Regresar a los aposentos del rey
No importa la corona ni el anillo
Solamente me conforma
Saber que aun existo
Dentro de esa fantasía
Que cúpula en mis desastres
A veces recorro las orillas
Otras penetró en el salitre
Y salgo desvencijada
Con las remembranzas a flor de piel
Regreso a esa nube
Que me aguarda
Deshojo el calendario
Cuento los meses y los siglos
Pienso en crustáceos
Escamosos y propensos al atraco
Y me veo dentro de esa gama de mueludos
Atrapada por el cuello
Ahí es donde aparecen los duendes
Me hacen mil piruetas
Se meten en mis cosquillas
Buscan la sonrisa mejor
No saben que no queda sonrisa
Ni mayor ni menor
Todo se lo llevó el pataleo
Y las emboscadas afónicas y delirantes
Yo, que me creía dueña y señora
Guardando la pubertad por siglos
No pude entregarla al por mayor
Ni al por menor
Ni siquiera un hilillo
De ese sueño veneciano
Que aun vive dentro de una chalupa
Así son las cosas
Y su enjambre de marionetas
Dispuestas al derrumbe
Así nos pasa a todos
Los que alguna vez
Confundimos el azul con el rojo
Y sin remedio
Nos confinan a una pecera