Este exilio
interior
Que quema
Parpados y raíz
Reseca la
boca
Lanza los
ojos contra el fango
Y se
convierte
En aullido
lleno de remembranzas
Miramos a la
mar
Tan lejana
Y enorme
Se
despiertan fulgores escondidos
Deseos de
ceñirse
A la primera
barca
Y navegar
profundo
Llegamos
hasta esta orilla
Hace un
milenio
Inconformes
Pero llenos
Ahora casi
conformes
Pero vacíos
Nada nos
conforma
Dicen que
somos los mismos
Difiero
Y aruño las
paredes
Me cuelgo a
la distancia
Y escribo
sin descanso
Para sacarme
al monstruo
Que vive entre
papeles rotos
Y convulsos.
Dicen que
soy un desgarro
Lleno de
recuerdos imborrables
Que dentro
tengo un paquidermo
Que cuando
saca la pata
Aplasta
Que la calma
que aparento
Es un león
herido
Tal vez
tengan razón
Los eruditos
de mis adentros
Pero lo que
no adivinan
Son las
polvaredas
Las lluvias
y los fantasmas
Ni el golpe
mayor
A boca de
jarro
Ni este
exilio interior
Que quema
Parpados y
raíz
Tampoco
saben
De mi paso
desmembrado
Del profundo
amor por los silencios
De las
herraduras
Que a golpe
de martillo
Saque de mis
entrañas
Ni siquiera
ven
Que duermo
por costumbre
Con los
brazos en cruz
En mis pies
llevo dos anclas
Por si la
muerte me sorprende
Vivir, si es
que me dejan
Mi otra vida
En una nube.