Por qué no me advertiste que sólo era arena
Lo que construíamos
Que te irías de pronto
Sin importarte el dolor inmenso
Mis ojos perturbados
Buscándote
Hubiera sido tan hermoso
Construir nuestras vidas permanentes
Llenarnos con los días y las noches
Recorrer nuestros lados más ocultos
Penetrar hasta la misma sabia
Continuar hablándote
De poesía y cielo
De todas esas cosas que provocaba
Tu rostro
Cuando oscurecía o amanecía
Entre mis manos
Por qué no me dijiste
Que todo eran palabras nulas
Para rellenar espacios
Que no recuerdas ya mis ojos entreabiertos
Gimiendo y pidiéndote
Un nuevo grito a mi manera
Fue tan hermoso contemplar el horizonte
Aquella tarde entre fotos y deseos
Con tanta ternura desbordada
Relamer el recuerdo
Del momento
Cercano.
Con tu cuerpo confundido con las olas
Divagando la caricia
Que faltó
Desde que llegaste
Te convertiste en mis poros
En mi pecho
En el mejor beso que me dieron
Eras tan profundo
Tan capaz
Que jamás imagine
Te fueras como el agua entre los dedos