Te amo sin tocar tu piel
Sin beberme tu sonrisa perfecta
Sin mirarme en el fondo de tus ojos
Ni sentir tus manos rozando mi ternura
Te amo suave
Desde lejos
Ardiente y con una inmensidad
Que no cabe en este pecho roto
Llegaste a mí desde la aurora
Como una semillita que germina
Dentro de una soledad inmensa
Y me abrí de golpe
Para que tus hojitas
Se abrieran sonoras y precisas
Por eso ámame
Sin prejuicios
Sin temores
Sin pensar en la distancia
Ni en los vientos que lo derriban todo
Que aquí estoy presta a que me encuentres.