Tu amor parecía colindante a la esperanza
Por eso apresure las horas
Para poder entrar y cobijarme
En ese calor
Que le llamamos suerte
Cuando creemos estar frente al precipicio
Y no queremos verlo
Por eso
Cuando llegaste
Calme mis desvelos
Con la sabiduría fantástica
Que rebanaba tu ternura perfecta
No quise mirar al fondo
De todas formas, daba igual
Oscuro que claro
A mi tan sólo me importaba
Que no fueras agreste
Solamente yunque para sostener la vida
Y acunar el amor por mucho tiempo
Todo trascurrió lentamente
Entre olor a yerba seca
Incendios y borrascas
Todo en pos de consumirme
En aquel entonces
Aun creía en el amor
Vislumbraba un cambio
Anhelante
Sin pensar en contaminaciones
Ni en los puñales del olvido
El paso rápido y aplastante
Tus ojos huidizos
La espalda como muro
La frialdad, las sombras
Cuando decidiste partir
Una lluvia obstinada se obsesionó en mis ojos
Todo fue rápido y conciso
Sin voltearse a mirar el humo
Destruyéndome