Los cuervos llegan
Beben de mí sangre
A pesar de huir despavorida
Del nuevo sortilegio
Me obligan a creer en príncipes enanos
En fuertes aluviones
De amor y naranjas ácidas
Y podridas
Los puentes se interponen
Pero ellos agitan sus alas
Estrenan un nuevo grito
Entre pantomimas y vómitos
Corro a la colina
Suplico y vuelvo a suplicar
El eco suelta su garrafada
Responde entre quejidos
El tiempo anda patas arriba
Las estaciones se multiplican
Los amigos no encuentran la brújula
Ni yo tampoco
Los monjes del alivio
Beben desventura y auxilio
Queman tablas y lingotes
Entre una fe oscura y pestilente
Los cuervos llegan
En avalancha
Y mis sulfatados huesos
Ruedan desarmados
Sin que nadie se atreva
A rescatarlos.