Viajo sin prisa
Entre las copas
de los cipreses
Ahora lumínicos
y aferrados
Me abrazo a sus
ramas
Agotada
pero viva
Salvo mis
espejismos
Entre los hilos
de la araña
He imagino que
llegas
Con tu mejor
retozo
Soplas en mi
rostro cercenado
Y me haces
regresar
Bajo mis
párpados
Y al subirlos
No estas, ni
viajo entre cipreses
Continúa mi
rostro cercenado
Cercenado mi
vientre
Nunca existieron
abejas
Tampoco arañas
Solo la perpetúa soledad
Y un náufrago esperándome
En la otra vida